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Universal de nuestro Señor Jesús 4

 

CUARTO MENSAJE UNIVERSAL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO DADO A “EL DISCÍPULO” EL 1° DE ENERO DE 1999 (a las 9 p.m.)

 

Dice Jesús:

Queridos Hijos, os estoy invitando a entrar en “La Prueba Final”.

En esta Prueba a la que están todos invitados a participar, quiero que vivan cada día de este año que comienza, una verdadera entrega a Mi Padre, para que puedan cumplir con todas las cosas que Él les va a encomendar a cada uno de ustedes en sus corazones. La Hora de la Prueba Final, se asemeja a aquella Hora en que le dije a Pedro y a Juan: “Velen y hagan oración para que no entren en tentación”.

Yo estaba de rodillas, Mi frente se inclinó hasta el suelo, empezaba Yo a sufrir en Mi Alma, los más horribles sufrimientos, porque pensaba que una negación Mía, tendría mucho efecto contrario a la Voluntad de Mi Padre. Yo por eso lloraba, agonizaba Mi interior. Me levantaba buscando un consuelo de aquellos que querían seguirme, aquellos que decían seguirme y que estaban dispuestos a dar su vida por Mí. Yo los encontraba dormidos una primera vez, una segunda vez y hasta una tercera vez. Esta Hora de Prueba, se asemeja a aquella Hora en que los soldados vinieron a aprenderme como si Yo fuera un criminal. Aquélla Hora en que Judas, el traidor, besó con hipocresía en Mi mejilla. Esta Hora Final, se asemeja a aquella noche fría en que Pedro, negó Mi Nombre en su corazón..., Yo le perdoné y lo elegí como Piedra de Mi Iglesia, para edificarla, para que a través de su nombre, perdurara para siempre, por los siglos de los siglos, diciéndole que ni los poderes del infierno prevalecerían sobre ella.

 

Yo les di Mi Vida, Mi Vida que procedía del Padre, Yo no les daba Mi Vida por Mí mismo, sino que Mi Padre me mandaba dárselas a través de Mi Espíritu. El Espíritu es el que dá la vida, por eso, ustedes, queridos Hijos, deben dejar llenar su vida del Espíritu de Amor, del Espíritu que de Mi Padre procede, del Espíritu que Yo les envío para que se fortalezcan, porque vendrán pruebas, vendrán horas de angustia en que la Humanidad gemirá, llorará y se lamentará y buscará en vano una esperanza en aquellos que ofrecen una falsa paz, una falsa seguridad.

 

Yo les he hablado de una y mil maneras, pero pocos han entendido Mis Palabras, porque las quieren interpretar según las interpreta el mundo. Mi Palabra es Vida Eterna y todos los corazones dóciles y atentos escucharán Mi Voz y seguirán Mis instrucciones, Mi Palabra se convierte para ellos en algo precioso, como una melodía suave para las almas. Para ellos, Mi Palabra es Vida, es Santa, es Poderosa.

 Yo les he pedido que todos se consagren al Corazón Inmaculado de Mi Santa Madre. Porque vendrán días en que aquellos que estén fuera del Corazón de Mi Santa Madre, sufrirán de horribles tormentos, ya que el diablo se ha apoderado de todos los ambientes en la Humanidad, incluyendo las familias.

 Si las familias no rezan, no hacen oración, si no se unen a través de la alabanza a Mi Padre, si no me reconocen como Señor de sus vidas, serán dispersadas, habrá malos entendidos, desconfianzas, envidia entre la misma familia, pero el Dios de ustedes no quiere que eso suceda. Se acercan tiempos de prueba para las familias y para los Sacerdotes.

 

 

 

 

Mis Sacerdotes tienen que permanecer unidos a Mí. Semejantes a Mí en pureza de vida, de palabra; en Santidad, a través de la acción, porque ellos serán ahora y por siempre, los Pastores que conducirán a Mi Pueblo a Mi Presencia. Sea en vida, en muerte, Yo les bendeciré si permanecen fieles a Mi Alianza, a ese Pacto de Fidelidad, mediante los Votos Sagrados que hicieron delante de Mi Presencia.

 

Yo soy Jesús en el madero y sigo sufriendo en Mi Corzón y en lo más profundo de mi Alma, por aquellos que blasfeman en contra del Nombre de Mi Santa Madre, por aquellos que critican negativamente las acciones que el Santo Padre emprende para renovar la Iglesia. El Santo Padre es Mi Vicario. Yo le he dado Mi Palabra y Mis Instrucciones en su corazón. Él ha ofrecido su vida como Holocausto, ha ofrecido su trabajo, su pensamiento y su sentir a Mi Padre y Padre de ustedes. El Padre le ha mirado con agrado. En los Cinco Continentes, grandes Bendiciones se derraman cuando él, extiende su brazo y su mano para bendecir, es Mi Brazo y Mi Mano los que se extienden para Bendecir a toda la Humanidad.

 

Cuando él habla, son Mis Palabras las que se entregan al mundo, pero éste mundo no quiere escuchar. Se ha desviado de la Vida Espiritual por el camino de la desidia y la pereza. Se han dejado lavar el cerebro y confundir con ideas y doctrinas extrañas a la pobreza evangélica. Mi Evangelio, es el Evangelio de la Cruz, ya que sin ella no hay muerte ni resurrección.

 

Mi Evangelio, es un Evangelio de Misericordia y Amor.

 

Ninguna doctrina humana, puede igualarse a ella. Yo la he dejado a Mi Pueblo como Herencia. Mi Padre me lo ha concedido, porque a través de las generaciones de Abraham, Isaac y Jacob, ha descendido la Bendición en estos días a todos los Hijos y los descendientes de los Hijos dispersos del Pueblo de Israel, que Yo uniré delante de Mi Presencia, cuando retorne Glorioso a Reinar entre todas las Naciones.

 

Aún es tiempo de convertirse, Hijos Míos, aún es tiempo de volver la vista a Mí. Yo les digo en Mi Palabra, que estoy a la puerta llamando y que si alguno abre la puerta de su corazón, Yo y Mi Padre, habitaremos en su corazón; haremos morada en él para siempre. Será un Sagrario Nuestro, un refugio  Nuestro que llevará Nuestra Palabra y Testimonio de Unidad de la Santa Trinidad. Así como la llevaron los santos profetas, los santos instrumentos que fueron escogidos, por todas partes de la tierra y que dieron su propia vida por defender la Doctrina, el Testimonio y la Verdad.  La Iglesia y sus Sacramentos son Santos, porque Santo es su Creador. La oración que se hace aquí, en Mi Casa, es Santa, sube como un aromático incienso hacia Mí. Son hermosas las almas de Mis Hijos, que continuamente están en oración, en rezos, en súplicas, en alabanzas y en intercesión.

 

Quiero invitarles en este Cuarto Mensaje Universal, a que cada día se Santifiquen delante de Mí, en Mi Presencia, abandonando cada uno sus malas obras.

 

Grandes acontecimientos ocurrirán en breve. Solo quiero prepararlos, prevenirlos, por medio de estos Mensajes; ya que si no están preparados, estos mismos acontecimientos que deberían causar alegría en sus almas, pues son signos visibles de Mi Próximo Retorno, si no perseveran en oración, serán motivos de tristeza para ustedes, si no perseveran en la lucha diaria por mantener íntegra la Fe.  La Fe que les ha sido enseñada en Mi Iglesia, a través de Mis Almas Consagradas: Mis Sacerdotes y Mis Obispos, ésta es una Porción de Mi Pueblo.

 

Bendigo a esta Tierra, a sus moradores, pero no dejo de hacerles el llamado: Que se vuelvan a Mí y dejen de ofenderme en Mi Santo Día”  (Domingo). En el día en que todos los hombres deben de Honrar a Mi Padre y al Espíritu Divino que Mi Padre envía sobre ustedes.

 

Hijos Míos, que leen o escuchan este Cuarto Mensaje Universal, les pido que permanezcan en la unidad, bien compactos, como una roca, para que no sean conmovidos por los acontecimientos que vendrán en breve. Grandes cosas ocurrirán, como lo he predicho a través de otros de Mis Instrumentos en el mundo entero. Pero esas cosas, en vez de causarles tristeza a ustedes, deben causarles alegría, si están en Mí; ya que son signos de Mi Próximo Retorno. Yo quisiera poder hablarles en términos generales o en términos más detallados para que puedan entenderme, pero sé que si ustedes son buenos entendedores, pocas palabras bastarán para comprender la Intención de Mis Mensajes.

 

 Mi Iglesia está enferma, ayúdenme a curarla con su oración, con sacrificios. Mi Iglesia está convaleciente, Mi Iglesia tiene que sanar de sus heridas, de sus llagas, de todas aquellas cosas que ha recibido del mundo y del flagelo de satanás. Yo sostengo la verdadera Iglesia y por eso, no decaerá.

Voy a fortalecer a los Sacerdotes puesto que les he puesto como Pastores y guías. Yo mismo voy delante de ellos y ellos van delante de Mí, ellos van buscando Mi Luz y Mi Consejo. La obtendrán, ciertamente, si perseveran en este seguimiento fiel. Cada Alma Consagrada, irá cada día, cargando su propia Cruz.

 En el Día Grande, en el cual Mi Padre, manifestará Su Gloria y Su Poder en Su Santa Cólera, los Hombres correrán en todas direcciones, del norte al sur y del oriente al poniente, buscando refugio en las cuevas de los cerros, en los montes y en las montañas. Buscarán escapar de la Santa Justicia, pero la mirada de Mi Padre y el Fuego Celeste Consumidor y Purificador, consumirá hasta las entrañas de la Tierra y las profundidades del mar.

 ¿A dónde puede ir el Hombre, que no pueda estar Mi Padre en su Justa Bondad y Justicia? Él está haciendo un último llamado, una última oportunidad conforme a su Corazón Bondadoso y Misericordioso. ¿Por qué les hablo ahora como si Yo no estuviera en el Padre? Ya se lo dije a Felipe: El que a Mí me ve, ve a Mi Padre. Mi Padre y Yo, somos Una Sola Cosa. El Pensar y el Actuar de Mi Padre es el mismo y también el del Espíritu. 

 

Todo se dá por el Corazón de Mi Dulce Madre, que Yo les entrego y que la Humanidad ha recibido en este Día como Madre.

 

Mi Madre es Señora de este Año, Ella Reinará, sí, va a triunfar, Mi Madre va a derramar el Fuego de su Corazón Inmaculado en las almas que no quieren convertirse. A ellas, les llegará el raudal de Gracias, pues lo ha conseguido del Padre, porque sus ruegos, son suficientes para conseguir lo que Ella se propone. Mi Madre, también puede santificar a Mi Iglesia, porque ha recibido Dones, Carismas, Gracias Especiales para revestir a Mis Almas Consagradas: Mis Sacerdotes, revestirlas de pureza e integridad de vida, de sensibilidad de corazón. Mi Corazón y el Corazón de Mi Madre están perfectamente unidos ahora, y en este tiempo se manifestará esa unidad con una explosión grande de Luz, de Calor, de Misericordia y de Gracia, para que la Humanidad entera, vuelva de nuevo al Seno de Mi Padre.

 

Se acerca la Hora Final de la Prueba,en que cada uno de ustedes será llamado a dar testimonio, cuando estén delante de los tribunales, delante de las personas encargadas de impartir Justicia, no se preocupen por lo que tienen que decir, pues se les darán las palabras en ese momento, Mis Ángeles estarán con ustedes. Ha llegado la Hora de la Prueba Final, en la que cada uno de ustedes debe dar lo mejor de sí mismo, su atención, sobre todo, para mantenerse fieles e intactos en la pureza, en la santidad de vida, en la rectitud  de obra. Mi Reino, es un Reino que requiere de soldados valientes.

 

¡Atrás de Mí, los cobardes, los pusilánimes! ¡Atrás de Mí, los que tienen miedo de ser rechazados e incomprendidos! ¡Apártense de Mí, porque Yo no he concebido la idea de tener soldados cobardes!, la Batalla ha llegado a un grado máximo.

 Estamos en el punto más fuerte de la guerra contra las fuerzas obscuras de satanás, fuerzas que gobiernan este mundo inicuo; pero ¡Miren al Cielo, vean los Sagrados Corazones perfectamente unidos en el Amor, unidos en la Verdad. Sí, satanás está siendo reducido a la impotencia. Todas las cosas por él planeadas para dividir a la Iglesia y a las familias, para dividir y confundir a las Almas consagradas y a Mis Instrumentos, se vendrá abajo; porque este año va a ocurrir un gran derramamiento del Poder del Cielo, Poder de Conversión, Poder de Amor. Vendrán los inconversos a la Iglesia, cayendo de rodillas, implorarán Misericordia y llorarán sus pecados con sinceridad y Yo, los perdonaré, porque lleno Estoy de Misericordia. Yo los levantaré y les daré Palabra; los voy a conducir, porque no han sabido conducirse a sí mismos a causa de que han prestado oído a falsos profetas, porque han puesto atención a todo lo que se dice en el mundo y todo lo que se dice en el mundo, va en contra de Mi Palabra.

 

Yo he venido al mundo, ahora Soy un Niño Pequeño que descansa en los brazos de Su Madre y Mamá de ustedes. Ahora Soy un niño indefenso, ustedes tienen que defenderme de los Herodes que desean acabar con Mi Vida, con esa Vida Espiritual que Mi Padre ha engendrado en las almas. No tengan curiosidad  por conocer perfectamente lo que va a ocurrir, pues ya se les ha avisado a través de signos y señales y a través de otras varias profecías.

 

No busquen el sensacionalismo, busquen en lo que humanamente sea posible, Mi Voluntad, en las cosas sencillas de la vida, en los niños pobres, en los niños despreciados que ni siquiera tienen lugar para dormir; Mi Voluntad en los enfermos, en los cojos, en los paralíticos, en los ciegos, en aquellos que se sienten confundidos, en los que están tristes, ahí Estoy Yo.

 

Mi mayor señal para ustedes será la Cruz que aparezca luminosa en los cielos, irradiando poderosa luz hacia el norte y hacia el oriente, al poniente y al sur. Esa cruz, será la Señal en que Dios, vá a castigar al mundo por sus pecados. Entonces, levantándose Miguel, saldrá a defender a los que han guardado fidelidad, porque él, no va a desamparar a nadie, ya que él es el protector de ustedes; acudan con solícita confianza y prontitud a él, en las horas en que se sientan tentados y deprimidos y agobiados por la prueba. Yo, Jesús, le he dado de Mi Fuerza a Miguel, para que él pueda levantarlos a ustedes en sus caídas. Su escudo Fiel está triunfando, está derribando las flechas incendiarias, los dardos opresores que lanza el enemigo hacia aquéllos que he escogido para llevar a cabo Mi Plan.

 

 

Habrá un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva. Todas las lágrimas que se van a derramar este año a causa de las tribulaciones y las pruebas y calamidades que vendrán, se convertirán en gritos de gozo y júbilo, porque esta tierra, será renovada después de la Purificación.  Después de la Gran Tribulación, Yo llamaré a cada uno de ustedes y si son fieles, también llamaré a las familias de  ustedes con ustedes y Yo los cuidaré, los preservaré en Mi Heredad, los cuidaré como a Mi Heredad. Mi Heredad, es el Remanente Fiel. Yo los conduciré, tendrán Santos Pastores, tendrán Sacerdotes que guardan Mi Palabra y que les enseñarán a vivir Mis Leyes y Mis Mandatos como originalmente lo pensó y lo planeó Mi Padre.

 

Os habla ahora, Jesús en el madero. Os invito a orar Conmigo en Getsemaní, que no dormiten, velen y oren, para que no entren en tentaciones. Os amo y os llamo a compartir Mi dolor y Mi sufrimiento en la Cruz; Mis Manos y Mis Pies habían sido transpasados y en Mi Cabeza, las espinas de la corona transpasaron Mis Sienes. No era tanto el Dolor que Yo sentía en Mis Manos y Mis Pies. No era tanto el Dolor que en Mis Sienes sentía, Mi dolor más grande fué el que me hayan dado la espalda, que me hayan abandonado aquéllos que habían prometido seguirme hasta la muerte y ahora, igualmente, muchos me están volviendo la espalda, muchos me están negando.

 

Mi Ejército es un Ejército de soldados valientes, con guerreros bien dispuestos a la batalla, que no se dobleguen ante las pruebas de cada día; más bien, que me den gracias porque Yo mismo permito toda clase de prueba y de Tribulación, para que ustedes se fortalezcan en su Fe. Ahora Soy Jesús en el madero y ahí Estoy clavado, aún contemplo con Mis ojos casi cerrados por el sudor y las lágrimas, a Juan (Apóstol) y a Mi Madre Santísima, a Mis Pies, participando de Mis Lágrimas y Mi Dolor, de nuevo os entrego a Mi Santa Madre, hela allí, la Reina Victoriosa, la Reina  que pisará la cabeza de la serpiente (Gen 3, 15ss). La Reina, por la cual, ustedes obtendrán la victoria y serán Santos, parte de la Heredad del Pueblo que preservaré para Mí, para que Yo esté con él, como Supremo Pastor y Guía.

 

Mis Palabras para ustedes, serán como un aliciente, como un fresco rocío que cae en las arenas más áridas y estériles, donde la tierra reseca, allí voy a manifestar Mi Poder, en la sequedad de las Pruebas.

 Por las mismas señales, por los mismos signos, que están en la Hora Final de la Prueba, ya es la hora presente en que los poderes y autoridades del mundo están en manos de satanás.

 ¡Prepárense, Hijos Míos, y no tengan miedo! El amor les ayudará a vencer, los mantendrá unidos, que no haya diferencias entre ustedes, que se amen los unos a los otros, así como Yo les he amado, que escuchen, que lean este Cuarto Mensaje Universal que hoy les envío a los Cinco Continentes de la Tierra, aunque aquí no se haga público, lo conocerán en otras partes, porque Yo voy a donde el Hombre no puede ir y utilizo a Mis Instrumentos que quiero y donde sea, ya que este es un llamado serio, son cosas urgentes que no deben esperar.

 Se acerca el momento en que muchos dirán: Señor, Señor, déjanos entrar, saludarte, ¡Sálvanos! Yo les digo: No todo aquél que Me diga ¡Señor, Señor!, compartirá Conmigo, sino aquellos que hacen la Voluntad de Mi Padre y cada uno de ustedes que escuchan o que leen este Cuarto Mensaje, conocerán la Voluntad de Mi Padre en sus vidas y profesiones, en todo lo que hagan, porque recibirán una voz en el interior de su corazón para cumplir el mandato de Mi Padre, cuyo fin será la Unidad, la Justicia y la Paz.

 

Cuando satanás sacuda fuertemente a la Iglesia, muchos se van a retirar, me van a dar la espalda. Muchos van a abandonar Mi Iglesia, porque no habían sido fieles, porque no han sido fieles hasta hoy, porque viven a medias esa entrega hacia Mí; porque no se han decidido, ya que todavía están en el mundo, todavía quieren ser del mundo.

  Cuando Yo los sigo llamando a través de signos y señales, a través de Mis Palabras, de Mis Mensajes,  es el inicio de la Hora Final, de la Prueba Final. Y aquél siervo fiel que se haya esforzado por seguir Mis instrucciones, que haya decidido instruirse en Mi Palabra, en la Fe, el Amor, la Confianza y la Entrega, ha sido llamado a perseverar a quedar en MÍ, a ser parte de la Heredad de Mi Pueblo.

 

Si les asusta que Yo les hable de catástrofes, de terremotos, de guerras y sequías, ya no les hablaré de ello, pero ustedes mismos las verán, en esas partes donde se den las guerras, las sequías, los aires fríos, epidemias, inundaciones y catástrofes de todo tipo, reconocerán por esas señales que Yo he hablado y que se cumplirán Mis Palabras, tal y como Yo las he pronunciado a través de Mis Instrumentos que van de un lado a otro, que se ocultan y lloran en silencio.

 

Nadie ve esas lágrimas, nadie siente la angustia de los corazones de las Almas Dóciles (Videntes). A veces ellos pierden la paciencia y también se ven tentados a negarme y a darme la espalda. Pidan por ellos. Bendíganlos con sus oraciones, fortalézcanlos.

 

De ellos, Me he reservado, como en aquellos tiempos que Mi Padre reservó a los Profetas Verdaderos, para distinguirse de aquellos falsos profetas que rendían culto a Baal, Me he reservado Instrumentos en todos los confines de la Tierra, para que den a conocer Mis Mensajes y estos se van a dar a conocer, porque es urgente y muy en serio. No he hablado tan seriamente como esta vez. Sí, les digo que urge que vuelvan a la Casa de Dios, que los inconversos encuentren conversión a través del Testimonio de los Sacerdotes. Bendigo a Mi Iglesia, Bendigo esta Parroquia, a Mi País, a Todas las Naciones de la Tierra.

                                                         SHALOM

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