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El Aviso

MENSAJE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO A, RELATIVO AL AVISO, PURIFICACIÓN Y       A SU INMINENTE PARUSÍA

 

 

Esperad con paciencia la Luz     Dado a  “Discipulo”

(17-01-2000)
Hijitos Míos: Una Gran Luz descenderá sobre toda la Tierra, todo será reformado por ella.


Los corazones palpitarán al unísono con vuestro Dios. Cielos y Tierra se reunirán y el abrazo de vuestro Dios será sentido por todos sus hijos. Los pueblos todos alabarán a su Dios por Su Misericordia infinita; y los Cielos derramarán su vida sobre la Tierra.
Se unirán Cielo y Tierra y la vida será una. Vuestro Salvador vivirá nuevamente entre los suyos. Volcará Su Corazón sobre todos aquellos que, habiendo escuchado Su Palabra, la aceptaron, La tomaron como suya, La pusieron en práctica y ganaron los méritos necesarios para poder ser llamados HIJOS DE DIOS.


Mi Padre os recompensará vuestra fidelidad, al haber aceptado la guía amorosa del Cordero, y así Yo llevaré a Mi rebaño hasta la Casa Eterna donde vivirá eternamente.


Hijitos míos: estáis ya viviendo el tiempo del cambio, el Tiempo del Amor Misericordioso de vuestro Dios. Los Ángeles alaban estos momentos, momentos en los cuales la manifestación amorosa de vuestro Padre Dios será dada a conocer a todo corazón; se ha de mostrar a vuestro interior su vida, y vosotros conoceréis el estado actual de vuestra conciencia, y vuestro Dios, que todo lo sabe, separará el rebaño justo del rebaño traidor.


La Palabra que ha sido dada desde el principio ha hecho mella en los corazones buenos, y se han dejado mover por el Amor Infinito de su Creador. Los corazones traidores y separados de la Palabra de Mi Padre, han querido mantener su individualidad, no han querido perderse en el océano infinito de Su Misericordia. Se han preferido a sí mismos, a su soberbia bajeza, y no han querido aceptar el desaparecer a la Vida de Dios y a su Servicio para con sus hermanos. Se han sentido autosuficientes y no alcanzan a ver su pequeñez real.
Mi Padre recompensará grandemente al “trigo” que ha desaparecido y que ha permitido ser sembrado con Su Amor para poder así producir más brotes, al haber desaparecido para Mi Padre. Es Mi Vida la que tiene que vivir en vosotros al desaparecer a vuestra pequeñez. Es Mi Amor el que debe translucirse a través vuestro al negaros a vosotros mismos. Es vuestro Dios el que debe caminar sobre la Tierra al olvidaros de vosotros mismos.
El alma soberbia se quemará como hojarasca que tira el viento. No tiene la vitalidad que le da cuando acepta Mi Voluntad. ¡Cuánta hojarasca será quemada!, ¡Cuánto horror percibe Mi Corazón!, ¡Cuántas almas negadas a Mi Voluntad!, ¡Cuánto desperdicio de Amor!


Un Nuevo Mundo se abrirá a vuestras almas; un mundo renovado en el Amor. Mi Santo Espíritu está preparado a todos aquellos que serán llevados a vivir este Nuevo Mundo, regalo de la Misericordia de Mi Padre para todos Sus hijos obedientes al Amor y a Sus Leyes.


Mis Leyes son de vida, no de muerte. Mis Leyes os indican Mi Voluntad, y aquellos que las aceptan y las siguen con amor, para no ocasionarle dolor a Mi Corazón, serán los que vivirán las delicias de Mi Corazón.
Yo no pido algo injusto, os he pedido lo que os dará bienestar interior a bienestar fraternal. Yo os pido lo que os dará vida agradable en el amor.


Si aceptáis Mi Sabiduría en vosotros y en vuestra vida, si os dejáis conducir con sencillez y confianza por vuestro Dios, no puedo menos que compartiros Mi Reino.
Hijitos Míos: Mi Padre os espera a todos vosotros. Por todos he derramado Mi Sangre para reparar vuestra alma caída en el pecado. Mi Santo Espíritu está esperando vuestra aprobación para ser movidos con amor hacia el Amor y para que os pueda dar la sabiduría para que podáis entender los Misterios del Reino en donde viviréis eternamente si así lo aceptáis.


Esperad con paciencia sencilla la Luz que está por llegar a vuestro corazón. Al recibirla, aceptadla, seguidla y agradecedla, porque vuestro Dios os ha hecho el favor de confirmaros como Sus hijos, y os quiere tener eternamente con Él. No hagáis oídos sordos a Su Voz, a Su Palabra, a Su Luz, y si os donáis a Su Voluntad, apreciaréis con gran beneplácito, en vuestro corazón lo que Yo tanto os prediqué cuando os dije: “El Reino de Dios está en vuestro interior”, y así empezaréis a gozar de Sus bienes aún antes de entrar en el Reino de los Cielos.
Mi Corazón os bendiga y os lleve a La Presencia de Mi Padre. 

                                                                                          IXTUS

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