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Universal de nuestro Señor Jesús 3

 

 

TERCER MENSAJE UNIVERSAL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO RECIBIDO POR “EL DISCÍPULO” EL 4 DE DICIEMBRE DE 1998 (Vigente y Urgente al 2011)

 

 

Yo Soy el que estuve muerto, El que ha resucitado, El que viene, El Alfa y la Omega.

Quiero dirigirles Mis Palabras. En este Tercer Mensaje, el cual estoy dirigiendo a todos Mis Hijos que viven en la Tierra. La Verdadera Ciencia del Amor, consiste en sufrir con alegría, cualquier contratiempo, cualquier cosa, en bien de Mi Reino, en bien del Reino de de Mi Sagrado Corazón y del Inmaculado Corazón de Mi Santa Madre. Yo voy en busca de los corazones fríos e indecisos, de los corazones que dudan de Mi Real Presencia en la Santa Misa, por medio de Mis Sacerdotes.

 

Yo me entrego tal cual Soy, con todo Mi Poder y Mi Gloria, con todo Mi Amor, con toda Mi Misericordia a aquellos que dignamente Me reciben en su corazón.

Yo Soy el Pan Vivo, que ha bajado del Cielo, Yo Soy quien da la Vida Eterna. Yo busco a los corazones humildes y sencillos. A los corazones que no ponderan nada. A aquellos que buscan continuamente complacerme y hacer Mi Voluntad. Yo deposito en esos corazones sencillos, la Semilla de La Palabra de Vida para que germine. He tenido a bien dirigir estas palabras a todos Mis Hijos que escuchan o leen este Tercer Mensaje Universal, porque así como se distribuyeron y se leyeron los Mensajes de Mi Santa Madre, de la misma manera, Mis Mensajes se darán a conocer por muchas partes del Mundo.

 

Lo que Yo busco es la Conversión. Lo que busco es que vuelvan a Mí y que Me adoren como su Dios. Yo traigo en mis manos la Paz y la Justicia. Yo traigo en Mi Corazón un Fuego Ardiente, Fuego que quiero derramar en todas las almas de los hombres de esta Tierra. Yo estoy buscando Almas Víctimas, almas sencillas, dóciles a Mi Voz, que quieran seguirme paso a paso, cargando la cruz de cada día, llevando también Mi Cruz, que es la cruz de las incomprensiones, de las calumnias y el desamor. Yo he sido un Dios Paciente y Misericordioso con Mis Hijos. Yo he sabido esperar en todo tiempo y momento, que Mis Hijos vuelvan a Mí.

 

He querido sentir en lo profundo de Mi Corazón, ese verdadero arrepentimiento, pues muchos me alaban y me bendicen con sus labios, pero su corazón está lejos de Mí. Yo aborrezco al malvado, porque Soy Justo, aborrezco también a los que oprimen a los débiles. Yo doy Mi Vida y Mi Voz, Yo doy Mi Palabra y Mi Amor a todos aquellos que se dejan conducir por Mi Espíritu. Yo, Jesús, estoy hablándoles nuevamente, estoy dándoles a conocer Mi Mensaje para esta ocasión; ciertamente que quisiera tener palabras más adecuadas para los hombres de este Tiempo, pero voy a hablar conforme a Mi Justicia y mi Verdad, porque he encontrado muchos corazones tibios, fríos e insensibles. La verdadera Ciencia del Amor, consiste también en aprender y sufrir con gozo y alegría la peor Tribulación que Yo les envío.

 

RecíbanMe cada quien en su corazón. Cada uno venga a Mí con su debilidad. Yo no rechazo a nadie. Yo quiero que todas las almas sobre todo las que se han extraviado, las que han caminado lejos de Mí, vuelvan a Mí, con el corazón contrito y humillado. Ustedes, Hijos Míos de la Tierra, no saben cuanto sufro en la espera, cuanto sufre Mi Corazón, al estar esperando en hora tras hora, aquí, silenciosamente en este Sagrario de esta Parroquia. Yo Soy Jesús, que estuvo Muerto y Resucitó, El que Vive y Reina por los siglos de los siglos. Yo vengo a dejarles Mis Palabras, para que hagan eco en Ustedes, para que Ustedes sean reflejos de Mi Divinidad, para que Ustedes sean continuadores de Mi Obra, de la Obra de Mis Apóstoles.

 

Yo elegí a Pedro y le di la Primacía sobre los demás Apóstoles, ahora, el Santo Padre, es la voz de Pedro. Yo, Jesús, le conduzco a través de Mi Espíritu. Yo le fortalezco en la tribulación y en su necesidad. El Santo Padre, tiene que sufrir mucho a causa de los rebeldes, por causa de los incrédulos, por causa de los ateos. Pidan por Mi Papa, por Mi Vicario; ofrezcan Sacrificio y Oración delante de Mi Presencia, por Mis Obispos y Presbíteros, a quienes elegí desde el vientre de sus madres, para hacerlos servidores de Mi Palabra  y administradores de Mi Gracia y de Mi Amor.

 

Quiero bendecir también a todas las Madres del mundo, que se esfuerzan por educar a sus hijos en la Fe; quiero dirigirme, especialmente en este Tercer Mensaje, a las madres que han sufrido por sus hijos ausentes, que han ofrecido sus lágrimas y oraciones por los que han errado el camino, por los que se han desviado. Sí, las Lágrimas de Mi Madre, me han conmovido, han logrado que Yo desista, por lo pronto, de hacer caer Mi Ira, Mi Brazo Justiciero, a toda la Humanidad a causa de sus pecados. ¿Cómo no se conmoverá Mi Corazón al ver el llanto de las madres por sus Hijos que se alejan, por los hijos que están ausentes?

 

Quiero Bendecir de manera especial a esas Madres de Familia que pasan su vida rezando, ofreciendo cada momento de sufrimiento para que también muchas almas de Sacerdotes sean Santas. Quiero que pidan por Mis Sacerdotes, sobre todo de esta comunidad, para que Yo los haga Santos, porque ellos serán según Mi Corazón, conforme ustedes pidan por ellos y ofrecen sacrificios. Yo amo mucho a Mi Obispo y Yo quiero que él también reciba en su corazón Mis Palabras. Yo le amo tanto y espero de él, en su corazón, sembrar la Semilla de la Paz, de Amor y de Misericordia.

 

Quiero decirle (al Sr. Obispo) que se aproximan cosas terribles para toda la Humanidad. Quiero advertirle que si no se consagran a Mí, a través del Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Santa Madre, la Fe de muchos de Ustedes, se vendrá abajo, cada una de sus familias debe consagrarse a Mí, a través del Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Santa Madre (cada uno de Ustedes con sus familias). Esta Parroquia debe consagrarse a Mí, de la misma forma, esta Diócesis (Diócesis de Hermosillo) debe consagrarse a Mí, a través del Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Santa Madre, así derramaré Bendiciones, Santificando a los Sacerdotes y Diáconos y Ministros que sirven en Mi Templo. Esta es Mi Casa. Yo vivo aquí y hoy los he invitado a Ustedes para darles Mis Palabras, para entregarles Mi Mensaje.

 

Mi país, México, sufre grandemente de miseria y explotación; Mi país quiere recibir Misericordia de Mi Corazón y Yo estoy dispuesto a dársela, a darle Mi Amor, Mi Perdón.  Conforme se acerquen a Mí con sinceridad, ¡Yo lo haré!.

 

Mi país, México, sufre de miserias espirituales, porque muchos mendigan el Pan y la Palabra de Vida. Muchas naciones de la Tierra están a la expectativa de lo que va a suceder. Hay muchas almas curiosas que solo buscan Mis Mensajes por curiosidad, pero no encuentran en ellos, verdadera conversión interior en su corazón. Yo hablo, pero muchas veces Mis Palabras se pierden en el vacío de la indiferencia y de la incredulidad.

 

Yo he pedido que se den a conocer Mis mensajes, porque estos Mensajes, no son para guardarse ni esconderse, son para que se den a conocer, para que muchas almas vuelvan a Mí. Yo estoy sediento de almas. ¡Que vuelvan a Mí las almas descarriadas!

¡Que vuelvan a poner en Mí su confianza, porque realmente este Pueblo, no está poniendo su Esperanza ni su Fe en Mí!

 

Yo he dicho “Venid a Mí los que están fatigados por la carga, venid a Mí, que Yo les daré descanso, porque Mi carga es ligera y Mi yugo es fácil de llevar “.

 

Yo soy el Pan Vivo que ha bajado del Cielo, por Mí conocen y ven al Padre. Por mis Obras, conocen ustedes al Padre y Mi Padre les Ama. Hijos Míos, sean recíprocos al dar, sean atentos y amables con su Dios, porque su Dios tiene Misericordia y Compasión para ustedes, porque tienen un Dios Grande en Misericordia y Bondad, en Ternura y en Bendiciones. Gócense las almas de los fieles que vienen cada día a Mi presencia a ofrecerme Sacrificio, Reparación y Desagravio.

 

 Gócense delante del Corazón de Mi Santa Madre, que es un Corazón lleno de Amor y de Esperanza. Mi Dulce Madre, está con ustedes, Mi Dulce Madre os Bendice, Ella continúa delante de Mi Presencia derramando lágrimas, intercediendo, pidiendo Gracia y Bendición para  ustedes.

 

Los Gobiernos de los pueblos, sojuzgan a las Naciones, no quieren reconocer que Yo Soy el Rey de Reyes y Señor de Señores.

 

 El Tiempo de las Naciones está delante de Ustedes. Si pudieran comprender lo grave, lo terrible de los acontecimientos que vendrán sobre toda la humanidad a causa de sus propios pecados. Si Ustedes pudieran comprender Mis Palabras, si hicieran penitencia y ayuno, si ofrecieran en el Primer Viernes de Cada Mes, la Adoración Verdadera de Desagravio y de Alabanza a Mi Padre, ciertamente muchas cosas no sucederían en Mi País (México) y en muchas naciones de la Tierra.

 Soy el Único que Juzga a las naciones de la Tierra con vara de Hierro, Soy El que tiene en Su Mano el Cetro del Poder, para Gobernar con Sabiduría. Soy El León de la Tribu de Judá. Yo Soy Quien tiene las Palabras de Vida Eterna. Ojalá viniesen todos a Mí, para que Yo curase las heridas, para que Mi Pueblo quedara libre de opresiones.

 

A Ustedes, que escuchan o leen este Tercer Mensaje Universal, les pido, que continúen en Vela y en Oración, porque se acerca la hora y el momento en que cada uno de ustedes, tendrá que dar cuenta de los Talentos que habéis recibido, porque se acerca la hora en que cada uno de ustedes, vendrá a Mi Presencia.

  Yo los amo a todos y no quiero que ninguno se pierda, quiero que Ustedes estén conmigo.

 

 Yo voy a salvar a sus familias, si ustedes me prometen hoy FIDELIDAD. Voy a bendecir sus trabajos, sus casas. Yo retiraré la plaga, el terremoto, el granizo, la epidemia…, si Ustedes se entregan a Mí, con Verdadera Devoción, pues Yo Soy su Rey y Señor. Voy a enviar a Mis Ángeles para que les den consuelo en la tristeza, esa es Mi Promesa. Enviaré un rayo de Luz a sus corazones, para que ya no anden como ciegos, a tientas, en la obscuridad, para que vivan Mi Palabra con amor y con fe.

 

 Yo les pido que Oren y Velen continuamente delante de Mi Presencia. Yo, Jesús Sacramentado, derramo muchas Bendiciones y Ustedes no pueden imaginar los beneficios que traen mis Bendiciones para sus familias, Parroquias, Templos, Ciudades y Países.

 

Rusia no ha querido convertirse. Mi Madre lo ha pedido. Rusia no se ha consagrado como Mi Madre lo pidió. Rusia debe consagrarse nuevamente, el Santo Padre en unión con todos los Obispos del Mundo, simultáneamente debe consagrarse al Corazón de Vuestro Dios, Vuestro Padre, a través del Inmaculado Corazón de Mi Santa Madre.

 

El Mundo está al borde de una catástrofe terrible. La Humanidad toda está al borde de un desequilibrio de orden Mundial, si no se hace oración, si no se ofrece Reparación delante de Mi presencia. Sí, Hijos Míos, se corrompen las buenas costumbres, se pierde la moral y la decencia. ¿Por qué hacen perder la pureza de los niños que Yo, Jesús, amo tanto?

 

El Brazo Castigador y Justiciero de Mi Padre, vendrá sobre algunas Naciones, sobre todo de aquellas que han cometido crímenes horribles como el aborto, males terribles como la homosexualidad, el lesbianismo, la prostitución, la corrupción de menores…

 

Sí, Hijos Míos, castigaré Yo, Jesús, con vara y con azote, a quienes hagan sufrir a los niños, a quienes les roben la pureza. Yo dije en una ocasión a Mis Discípulos, aquella ocasión en que llame a Mí, a los niños y les di Mi Bendición, diciendo “Dejad que los niños vengan a Mí y no se lo impidan, porque de ellos y los que son como ellos, es el Reino de los Cielos”.

 

La pureza de los niños es santa, pues Mi Padre Bendice el vientre de las madres; pureza Santa como la Mía, porque Yo también fui niño, nací del Vientre Puro de una Madre, del Vientre Purísimo de Mi Madre y Madre Espiritual de Ustedes; de María, la que Ustedes veneran y honran. Honren y Veneren a Mi Madre… Yo me siento muy contento cuando todos Mis Hijos en la Tierra, vienen a honrar y bendecir el Nombre de Mi Madre y Madre de Ustedes.

Y ¿Qué mamá no se preocupa por el bienestar de sus hijos? 

¿Qué mamá no se preocupa por las cosas de las cuales sus Hijos tienen necesidad?

 

A Ustedes Hijos Míos: Me refiero a las Naciones de Francia, Alemania y el Este de Europa, no han sabido aprovechar las Gracias que Mi Madre ha querido derramar a través de su Corazón Inmaculado en sus países, y por eso vendrá el Frío, el Hambre y por eso vienen Terremotos, toda clase de males sobre la Tierra, porque no han sabido valorar las Gracias que Mi Padre ha derramado través del Corazón de Mi Santa Madre. Sean capaces de reconocer el momento presente, les estoy dando las Señales Finales de los Últimos Tiempos.   

 

Estos son los Últimos Tiempos, que Mi Pueblo esté preparado. Yo camino por todas las regiones de la Tierra, por los cinco continentes, voy buscando Verdadera Fe,  Verdadera Entrega a Mí, pero no la encuentro. Mis pies están cansados, están lastimados por las piedras del camino, ¿Encontraré Fe en los Hijos de los Hombres, cuando en Mi Segunda Venida, venga con todo Mi Poder y con mis Ángeles a Reinar?

 

Quiero Reinar en un Pueblo Santo y veo que en la Tierra no están preparados. Prepárense con buenas Obras de Misericordia. Yo vendré pronto, como un ladrón que llega por la noche, le daré a cada uno su premio, según sus obras. Ojalá no los encuentre dormidos, como cuando encontré a Mis Discípulos, después de haberles dicho que Velaran y Oraran, cuando fui a dialogar con Mi Padre con respecto a Mi futuro en Getsemaní, sobre la Salvación Eterna de las Almas que se me confió. Yo Soy Jesús de la Misericordia, Alfa y Omega, y fuera de Mí, no hay otro Dios. Las Naciones de la Tierra deben conocerme, solo así los salvaré de la ruina que se avecina. Vendrá el desorden, la impureza, el crimen, la violencia. En muchas Naciones habrá resistencia civil. El Pueblo no puede soportar la opresión de los que le gobiernan.

 

He oído el clamor, la voz del pobre y del indigente, de la viuda y del necesitado, ¿Cómo hacéis esto, si Yo Soy un Dios que ama la Justicia y vosotros no sois justos con su prójimo?

 

Yo, Jesús, dirijo Mis Mensajes hasta los últimos confines de la Tierra, y si estos Mensajes encuentran oposición en este lugar, en esta Tierra, en otros lugares ciertamente, no lo encontrarán. Porque Mis Ángeles los llevarán. Pide, Hijo Mío, a tu Director Espiritual, que analice cada una de estas palabras. Pide, Hijo, a tu Obispo, que analice cada una de estas Mis Palabras. Pide, Hijo Mío, a tu comunidad, a tu Grupo de Oración, que no dejen de velar en oración, que no dejen de recibirme diariamente en la Sagrada Comunión, que no dejen pasar ni un solo día sin venir aquí, a Mi Presencia, en esta Parroquia, porque Yo les voy a estar esperando, como un Padre, que amoroso, espera a sus Hijos ausentes; como una Madre que espera a sus Hijos, después de que éstos han andado lejos de la Casa Paterna.

 

Pide, Hijo Mío a Mis Sacerdotes, que sean Puros, que no se contaminen con el pensar y el sentir del mundo. Ruega delante de Mi Presencia y que rueguen también las almas víctimas, mis almas dóciles, consagradas,  para que no falten a los Votos Sagrados de Pobreza, Obediencia y Castidad.

 

Yo, Jesús, Bendigo a Todos los Países de la Tierra y los Bendice también el Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Santa Madre. Este es Mi Tercer Mensaje.

 

Ya no hablaré más, porque todo está dicho. No retractaré Mis Palabras, todo lo que ha dicho Mi Madre en sus Mensajes Universales, es también el sentir de Mi Corazón,  ¡Y si a Mi Madre, no le hicieron caso!

Sí, dejaré de hablar, dejaré de dar Mensajes, porque hablo y pocos me escuchan. No quieren escucharme, se tapan los oídos o no quieren que otros conozcan Mis Palabras. Ya no hablaré más. Buscarán Mis Palabras, pero ya no permitiré, en breve, que Mis Instrumentos hablen en Mi Nombre, antes bien les hablará otro y a él, sí lo seguirán; él vendrá a ocupar pronto el trono del mundo que tienen preparado para recibirlo y nombrarlo rey. Me han despreciado a Mí, que Soy el Amor y la Sabiduría, a Mí, que Soy la Misericordia.

¿Cómo puedo aún estar con Vosotros?

 

Vean, escudriñen, pregunten,  no se dejen vencer por el miedo, por el temor, porque Yo, ciertamente estoy más presto a perdonar que a castigar; por eso es importante que este Mensaje se dé a conocer.

 

Díselo a Tu Director Espiritual, díselo a tu Obispo. Yo, Jesús, he hablado y no Me retractaré de Mis Palabras, estaré con vosotros un tiempo más, pero vendrá un tiempo en que no estaré y Me buscarán y no Me encontrarán, Me haré el escurridizo. Querrán escuchar Mi Voz a través de Mis Instrumentos, de Mis Profetas, pero Yo me esconderé de su Presencia, porque no hicieron Mi Voluntad, porque no quisieron santificarse a través del Sacrificio, el Ayuno y la Oración, porque les pareció terrible el anuncio del Ayuno, nadie quiere sacrificarse.

 

Nadie quiere hacer Verdadero Sacrificio delante de Mi Presencia.

Déjense amar y transformar por Mí. Yo soy el Alfa y Omega, el que estuvo muerto y vive y que vendré. Estén listos para recibirme, engalanados como la esposa que recibirá al esposo.

 

Tengan el Vestido de la Pureza, puesto y ámense los unos a los otros.

¡Perdónense los unos a los otros!.

 

Os Doy Mi Bendición en este Tercer Mensaje y que Mi Bendición llegue a todos los rincones de la Tierra, también los Bendice Mi Madre.  

SHALOM.

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