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Universal de nuestro Señor Jesús 1

 

 

PRIMER MENSAJE UNIVERSAL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, DADO A “EL DISCÍPULO”, EL 13 DE OCTUBRE DE 1998. (Vigente y Urgente al 2011)

 

 

Yo Soy el que Soy, el Alfa y el Omega, Principio y fin. Quien Me ve a Mí, vé a al Padre, quien a Mí Me recibe, recibe al que Me envió. Yo no vine a hacer Mi voluntad, sino la del Padre. Ahora, quien Me ha escuchado, ha escuchado a Mi Padre, Somos uno con el Espíritu Santo, de cierto, tengo mucho que decir a esta generación incrédula y adúltera.

Estoy disgustado con el trato que le han brindado a mi Santa Madre, Ella tiene Mi Corazón, Yo permanezco unido a Ella; así todo lo que hicieron con Ella, a Mí me lo hicieron, de nada han servido sus lágrimas, súplicas y ruegos, ‘pues aún ustedes no se han convertido’.

Poco hacen por trabajar en la Viña de mi Padre, así ¿Cómo esperan recibir la morada que tengo preparada para ustedes? ¿Merecen los ociosos, acaso, una recompensa?

Conocerme a Mí, implica servir y comprometerse Conmigo. Los perezosos no han cumplido su parte para Conmigo, se han quedado dormidos, se han quedado mudos y ahora se están quedando ciegos. No todo el que Me dice Señor, Señor, compartirá Conmigo en el Reino de los Sagrados Corazones. Sí, “la Barca es azotada por los fuertes vientos  y amenazada es, de ser hundida” (Jesús se refiere a la Iglesia). Oigo voces de alerta, pero nadie rema; Mis oídos están atentos, ustedes escuchan, pero no entienden; ni siquiera los más cercanos a Mí, son capaces de entender.

Sus corazones están llenos de malos deseos, cada quien mira la paja en el ojo ajeno y se comen los unos a los otros con la lengua. Los modernos fariseos se escandalizan cuando hablo así, los hombres Me han traicionado y de nuevo bebo el cáliz amargo de Mi Pasión. Los hombres se mofan y hechan en saco roto el Mandamiento del Amor y el corazón contrito y humillado. Las lenguas arrojan veneno condenando al inocente. Los guías de la humanidad actual están ciegos, ¡Totalmente ciegos! Y así pretenden guiar y enseñar a Mi Pueblo.

 

Yo vengo pronto. ¡Sí, vengo muy pronto!. Mi Padre arrancará de raíz toda planta que no ha sido sembrada por Él. Los que estorban a su Plan, los que obstaculizan el paso de los que vienen y actúan por fe, serán barridos de la tierra, aniquilados, borrados para siempre de la historia.

Sí, Mi pequeño, esta generación no me satisface, porque solo piensa en su vientre, la impureza es horrible. Yo no vengo a condenar al mundo sino a salvarlo. Sí, eso dije, pero ahora en este tiempo, a esta generación le digo: “El mundo no quiso ser salvado por Mí y ahora, vengo a juzgarlo por sus malas obras, busco y busco, una y otra vez, noche tras noche, día tras día, almas justas, nobles y puras y de tanto buscar y buscar, cansado estoy.

Mis pies han caminado siguiendo las huellas de Mi Madre por la Tierra y solo encuentro cementerios, cruces blanqueadas, muertos en vida, enfermos del alma y ciegos espirituales. ¡Hipócritas!, que mostráis una cara buena ante los demás, pero su interior está lleno de basura, suciedad y hedor. Esta generación es una generación aprovechada, permisiva, infiel. ¿Cómo quieren pues que todo salga bien o marche bien, si ustedes mismos se acarrean sus propios males? Los encuentro a cada quien discutiendo quien es el mayor y quien es el menor, quien es el más importante, el que sabe más, el que puede más. La sociedad actual está desequilibrada, no escucho más que gritos e insultos, palabras obscenas, lenguaje profano, mentiras y calumnias y de cierto, no es por causa de Mi Nombre.

Si Yo, siendo Dios-Hombre, viví en el mundo, sometido a todo; semejante a ustedes en todo, menos en el pecado, con las mismas luchas y tentaciones, con las mismas pruebas. Yo mismo, por Mi propio Nombre, por amor a Mi Nombre, les mostré a ustedes la manera de salir victoriosos. Ustedes, Hijos Míos, tienen poca fuerza de voluntad para abandonar sus pecados, están sujetos a ellos por las mismas bajas pasiones y desórdenes de la carne, porque no oran ni practican el ayuno como forma de someter el cuerpo y el alma a las cosas del espíritu. ¿Por qué vacilan, hombres de poca fe y no confían en Mi Palabra, pues Yo Soy el único que puede darles la Vida Eterna, Mi Gracia Santificante es para los pequeños, para los sencillos, para los que no ponderan  nada.

¿Que de maldad tiene que durante siglos y años hemos escogido tanto Mi Padre como Yo, instrumentos humanos para dictar mensajes? Mi Santa Madre vino a advertirles de las cosas prontas a ocurrir, ciertamente pocos, muy pocos, hicieron caso de sus advertencias. ¿Qué buscaba ella? ¿Qué buscaba Mi Madre?, solo la Conversión de ustedes, solo que ustedes abrazaran la Cruz de cada día, solo establecer entre los hijos de los hombres, el Reinado victorioso de su Corazón Inmaculado. Sólo buscaba el bien de ustedes, con dulces reproches, súplicas, ruegos, hasta llegar a derramar lágrimas por sus hijos rebeldes y ausentes. ¡Cuanta indiferencia! ¡Necios! ¡Cuánta insensibilidad al Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Santa Madre!  ¡Cómo la han humillado!; ¡Cómo no la han defendido cuando se le ataca, cuando se ofende a Su Pureza y a Su Inmaculada Virginidad Perpetua; por eso, Voy a llamar a cuentas a esta generación..!

 

Muchos solo buscan maravillas, milagros, señales, para creer, pero se olvidan de dar pasos en la fe de cada día. Mi Pueblo, hijo Mío, no tiene fe; siento compasión por los que Me siguen, por las almas víctimas propiciatorias que día con día, ofrecen todo tipo de sufrimiento, sacrificio y ayuno. Siento ternura y compasión por el Pueblo desnudo de Dios. Yo amo a todos porque Soy Dios y aunque muchos Me nieguen y Me desprecien, Yo sigo dando amor porque no me puedo contradecir a Mí mismo, pues Yo Soy la Fuente del Amor. Por amor, amonesto y corrijo, castigo duramente con la vara de la corrección, pero lo hago por el bien de Mis hijos, quien no acepta Mi corrección cae en la soberbia del diablo, pues Yo corrijo a los que amo, Yo corrijo con justicia, dando azotes según cada uno pueda soportar.

 

 Toda correción es con el fin de salvarlos y no por castigarlos duramente con enojo, con furia, con saña, no. Yo, Jesús, no hago eso porque no soy como los hombres, Yo siendo Dios, me comporto diferente de los hombres y mis pensamientos son diferentes. Yo tengo mis razones para corregir, castigar, amonestar o azotar, y mis razones son valederas, pues actúo según Mi Nombre, por Mi Amor y Mi justicia. Por Amor a Mi Nombre lo hago y lo haré cuantas veces sea necesario con el fin de forjar almas dóciles, puras, impecables, santas para el Reino de mi Padre. La enseñanza de los hombres actuales es contraria a los Planes de Mi Padre.

Lo que enseña es la carne y la sangre, no tiene validez ante Mí, sino lo que enseña el Espíritu Santo. Ustedes recibieron Mi Espíritu ¿Por qué, pues, no obran de acuerdo a Mi Espíritu?

El Espíritu es libertad, Mi Espíritu trae verdadera paz, Mi Espíritu es Vida, la Vida que Yo traigo en abundancia, pero muchos han preferido más la muerte que la Vida. Quien posee Mi Espíritu, posee a Dios en sus Tres Divinas Personas, al Espíritu que clama Abbá (Papá), Espíritu de adopción y de hijos, Espíritu de herederos de los Tesoros Celestiales, el Espíritu de Amor y de Fe con sus Carismas y Dones.

Yo explico y enseño Mi Doctrina, contraria al pensar y al querer del mundo. Mi Reino no es de este mundo. Satanás ha extendido su reino de tinieblas en este mundo, muchos de Mis Hijos en la tierra aún no viven

en la Luz.

Yo soy Jesús, Luz Verdadera, que alumbra a todo hombre; pero los hombres de este tiempo, aman más las tinieblas que la Luz.

Yo, Jesús, cambio de aspecto continuamente para mostrarme a los hombres y demostrarles que aún con sus errores, defectos, orgullos y desobediencias, Yo los amo y no deseo más que mostrarme a todos con Mi Verdadero Rostro, un Rostro de Amor y de Misericordia.

 

Muchos dicen tener fe, pero a la hora de la prueba demuestran lo contrario. Yo les pido que tengan fe en Mi Nombre, en Mi Promesa, dejen de ser desconfiados y den frutos de un verdadero arrepentimiento, porque el Juez de ustedes está a la puerta, ¡Ay, del mundo que es causa de tantas caídas! ¡Ay, de los que hacen tropezar y caer a los demás! Por eso perdonen siempre, unan sus voces hijos Míos, para pedir y al pedir, estén seguros que Mi Padre, les dará lo que necesiten.

No sean duros de corazón, porque a medida que avanza el día, la noche se acerca y en la obscuridad no se puede trabajar. ¿Donde está la multitud que me seguía? ¿Donde están los que he sanado? ¿Donde están los que han recibido Mi Cuerpo como alimento y Mi Sangre como bebida? ¿Donde están Mis sacerdotes, Mis pastores, los guías de Mi Pueblo? ¿Donde están los que Me acusan? ¿Los que por Mi ropa hechan suertes? ¿Dónde los que me aborrecen? ¿Donde están los hermanos de ustedes? ¿Donde el altar del Perfecto Sacrificio? Y el aroma fragante de mis Vírgenes Esposas? ¿Donde el clamor de los justos? ¿Donde el llanto de los niños? ¿Donde está el pesebre humilde y santo de los corazones redimidos por Mi Sangre? ¿Donde el holocausto y la víctima agradable? ¿Donde los profetas y videntes?  Todo esto pregunto y todos se ocultan de Mí, pues no tienen palabra para contestarme.

Yo Soy a quien le gusta cosechar donde no ha sembrado, El Peregrino sediento de Emaús, el Caminante Solitario de Nazaret, el Hijo de María, el Cordero sin Mancha; el Camino, la Verdad y la Vida.

¿Por qué los hombres huyen de la Verdad? Sí, Yo Jesús mismo lo diré: Porque aún no me han conocido. Yo estoy Vivo, Hijos Míos. Yo resucité, Soy Yo, que vengo de nuevo a ustedes, ¡Si ustedes me conocieran y me amaran como dicen amarme, no dirían mentira, ¡Porque ustedes dicen que son buenos!.

El diablo es el padre de la mentira, del engaño y del error, es el amo de la discordia y la rencilla, su astucia es sutil, contiende con los hombres y los vence, los atrapa, los seduce, los sacude, los posee, porque los hombres no cumplen los preceptos de la Santa Ley. ¿Quien verá el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva?   

Se acabó el tiempo. Yo Soy Jesús, fuí Paciente, Misericordioso, Justo, presto a perdonar y a sanar a todo enfermo, tanto del alma como del cuerpo, que se acercara a Mí, pero fuí vilmente engañado ya que los hombres solo buscan la salud y cuando la obtienen, se alejan de Mí o rehusan hablar conMigo, o hacerMe compañía.

¡Cómo Me duele el abandono en el que las Almas Consagradas Me tienen! Tan solo bastaría cinco minutos

en Mi Presencia, meditando en el Poder de Mi cruz, de Mis Llagas y de Mi Sangre, para que una multitud obtuviese infinidad de Gracia y Bendición.

 Soy el que Soy, Infinitamente Bueno, pero muchos se alejan de Mí, como si Yo fuera un cazador furtivo, un juez injusto y un Dios miserable, ¡Ay, los hombres no se imaginan con cuanto amor voy tras ellos. Sí, Yo los busco y los espero para darles Mi Amor, Mi Esperanza, Mi Consuelo, pero huyen de Mí por su propia maldad. ¡No quieren convertirse!

¡No quieren ninguna clase de compromiso Conmigo! Mi Santa Madre, y Madre de ustedes, ruega y suplica, pero han ignorado Sus Mensajes, por eso Voy a acortar el tiempo de Mi Venida. Mi brazo caerá y no habrá quien lo detenga, porque no puedo tolerar más injusticias, desacatos, blasfemias y toda clase de maldad. ¿Dónde hallaré al ladrón arrepentido? ¿Dónde, a la mujer que toque el borde de Mi manto? ¿Dónde, quien con sus lágrimas, me unja de nuevo con perfume y lave mis cansados y adoloridos pies?

Vienen momentos duros, difíciles, ya Mi Madre se los ha advertido. Yo sacudiré al mundo con Mi Palabra y con Mi Poder. Todos Mis enemigos, los enemigos de Mi Madre y de Mi Iglesia reconocerán que Yo Soy el que Soy, el Único, el Fuerte, el Inmutable, al que se le ha dado Poder tanto en el Cielo como en la Tierra, así mismo en el abismo del infierno.

 

 

¡Levántense, Hijos Míos, de la ruina moral y espiritual! Laven sus vestiduras, pues están sucios y malolientes. Vengan a Mí y lávense en la Fuente de la Vida, de Agua Viva que hay en Mi Sagrado Corazón. Yo voy a castigar a los malvados, a los que conociéndome tiraron su cruz y dieron marcha atrás.

Aborrezco el mal, todo el mal será borrado de la tierra y habitará en mi remanente fiel, lo que es justo, bueno y verdadero. Apártense de Mí, los tibios, pues son causa de Mi nausea, los indiferentes, los perezosos, apártense de Mí, pues solo buscan los bienes temporales y solo se aman a sí mismos, despreciando a los más débiles.

No toleraré más los sacrificios de los ídolos, ni toleraré más a los hechiceros y adivinos; huyan lejos de Mí los que rinden culto a su perverso amo, satanás; pues Mi Santa Ira y Mi Santa Justicia viene ya, purificándolo todo. Los malvados no hallarán reposo, fuera de Mí, los que roban usando la Sagrada Escritura, los ladrones de la Virtud, los adúlteros, los blasfemos, no tendrán ningún derecho, Mi espada está afilada, si no se  arrepienten de sus fechorías, serán partidos en dos y ya no serán más. Sí, Soy Yo, el que Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin, el Primero y Último, Soy su Jesús, quien habla y habla en serio.

De nuevo, el Fuego del Celo por Mi Causa (La Iglesia Católica) Me consume, tejo de nuevo el látigo para repetir la escena de los mercaderes en el templo. Yo soy el Rey de las naciones. Juzgo al Mundo con justicia. Yo Soy Amoroso, Atento, Solícito, Compasivo; los sentimientos humanos los recibí de Mi Santa Madre (Por medio de su Carne y de su Sangre), durante nueve meses Fuí formado en su Seno Virginal y Purísimo, fueron tejidos Mis músculos y Mis nervios, Fuí engendrado, no creado, no Fuí formado de la nada, sino del vientre más Puro y Virginal que en la Tierra haya existido, Fuí amamantado con leche maternal Santa, y protegido durante mucho tiempo por los brazos amorosos de Mi Madre Santa, Vuestra Madre. ¿Cómo no voy a  defender a la que Me dió el Ser? ¡Quién ha ofendido con palabras o proceder a Mi Santa Madre, a Mí me ha ofendido y no voy a quedarme callado!

Ustedes, Queridos Hijos de esta generación ¡No me conocen enojado! No provoquen más Mi Enojo. No vayan aquí y allá diciendo que Yo no vivo, que Yo, Jesús ya no hago milagros; que Yo Jesús, no reino. No vayan aquí y allá de chismosos sembrando cizaña, esparciendo amargura y discordias ¿Por qué no Me han encontrado? ¿Por qué no Me buscan? Mi corazón estremecido de dolor está, porque nadie quiere cargar con su cruz, nadie quiere seguirMe y ser Mi discípulo, sin recibir nada a cambio.

Hay dos faltas graves que acusan a los hombres, sin  embargo, su conciencia aletargada les dice que no hay falta, porque sus mentes están embotadas de vino y de placer. El moderno pensar les ha lavado el cerebro, y la apatía por mis cosas ha menguado la fuerza de voluntad, ¡Son como hojas arrastradas por vientos de tempestad! ¡Ah, si los hombres volvieran a Mí con corazón contrito y humillado, Yo borraría para siempre sus culpas y no Me acordaría jamás de la maldad, vivirían conMigo y Yo les diría: Ustedes son Mis Hijos amados, predilectos del Corazón Inmaculado de Mi Madre, predilectos de Mi Corazón Sagrado!

¡Perdón, imploren hoy perdón! No sea que Mi Brazo Justiciero caiga sobre ustedes y sus familias.

Este Primer Mensaje Universal que dicto a Mi Instrumento, es un llamado al arrepentimiento. ¡Vuelvan a Mí! Es Mi grito, ¡Vuelvan a la Roca, a la Fuente , al Alcázar, a la Herida de Mi Costado, donde brota Sangre y Agua.

Las dos graves faltas son el Abuso de Confianza y la Usurpación de Funciones

La humanidad de este siglo abusó de Mi Misericordia, mientras unos pocos tienen en abundancia, otros muchos, padecen necesidad. Su justo pago es la violencia y el desorden, ¡En eso tienen ya su paga! Muchos Sacerdotes también han participado en la Primer grave falta o han sido cómplices de una u otra manera.  Sí, abusaron de su autoridad, no pensaron que las almas me pertenecen a Mí y que ellos son los dispensadores de Mis Gracias. Atendieron bien a unas y mal a otras, abusaron de su autoridad y su justo pago es la ausencia del amor y la discordia. Tuvieron bienes y denigraron su Vocación Santa al incurrir en los delitos de desobediencia, falta de amor a la Santa Pobreza y pecaron contra la Castidad; pues bien, siendo hombres de mundo, sin Oración,

sin Fe fueron seducidos y confundidos en su propio saber, pero aún es tiempo.

Pido en este Mensaje que sinceramente se arrepientan y no vuelvan a incurrir en faltas que ponen en peligro

la fe y la Salvación de miles de almas. ¡Sí, Yo, Jesús Sacramentado, pido que reflexionen en esto, a más que pedirlo... ¡Lo exijo!

Muchos pensarán que es dura esta amonestación, pero de cierto digo, que es muy necesaria. ¡Para qué quiero o de que me sirven Mis Sacerdotes dados al mundo y a la buena vida, alejados de sus deberes, del ayuno y la oración... Me repugnan los fieles y Sacerdotes que huyen de sus responsabilidades ¡No Me sirven para nada! Son como las bancas vacías que ocupan el templo, son como los floreros sin flores en Mi Casa de Oración; como el silencio mudo en Mi Sagrario, cuando en Mi Soledad anhelo fervientemente alguien venga a confiarme sus luchas, sus penas, sus afanes diarios, pero más para darle Mi Fortaleza, para darles Mi Fe, porque Yo sé que

cada día, las almas se enfrentan a mil luchas, las cuales sin Mi Paciencia y Mi Fortaleza, no podrán soportar.

¡Estoy Solo en los Sagrarios!  

El Segundo delito del hombre es la Usurpación de Funciones, pues Yo solo, Dios Uno y Trino, el Dios-Hombre, Soy el Único que debe de juzgar las acciones de los hombres. Los hombres de ciencia quieren crear vida artificial, en todos los espacios y los medios, se han adjudicado el derecho a la vida (El ser y no ser), a través del aborto, la eutanasia y muchas otras cosas.

 

¿Quién decide sobre la vida sino Yo? El justo pago es la necesidad material, el hambre, la enfermedad y la guerra. Yo no quiero el hambre, ni la enfermedad, ni la guerra, pues Soy un Dios que ama la Paz.

Por si fuera poco quieren imponer al Santo Papa Juan Pablo II, Mi Vicario en la Tierra, al Pedro de estos últimos tiempos, cargas pesadas, resoluciones a favor del permisivismo, al libertinaje sexual y hasta al abuso de autoridad. Yo digo que el Papa en materia de Fe es infalible, ¡Su Palabra es Mi Palabra! Y quien le desobedece a él, Me desobedece a Mí, porque él es Mi portavoz y a donde va él, o a donde está él, allí también Voy y allí también Estoy. ¿Por qué, pues, son rebeldes a Mi Voz? Muchos no quieren al Papa, algunos se toman libertades hasta de decir lo que él no ha dicho y proclamado. Yo dije a Mi Santa Madre: “Cuida de él, Madre Mía” y el manto de Mi Madre lo protege.

Yo, Jesús, no Soy una leyenda, mucho menos un mito. Yo Jesús, Soy actual, todo lo veo y todo lo escucho,

hasta los pensamientos más íntimos del hombre; nada escapa a mis ojos. Yo escucho las conversaciones

de los hombres y sé que un noventa y cinco porciento son conversaciones inútiles, profanas, obscenas, sin pudor ni recato. La impureza espiritual y corporal está cobrando poder, atando con cadenas de hierro las voluntades.

Miro..., busco..., y no encuentro ni una alma de vida santa.  ¿Quien debatirá Mi Palabra? ¿Quien tendrá de ustedes los argumentos necesarios para contender Conmigo? Los que piden, no reciben, porque no piden con Fe y, si acaso piden, lo hacen con con el fin de derrochar todo lo que recibirán. Yo, Jesús he repartido, por las súplicas eficaces de Mi Santa Madre María, por su Llama de Amor, que Me obliga a ello, Gracia sobre Gracia, pero muchos no han recibido nada por su obstinación en seguir en el fango maloliente de sus pecados.

¡No han sabido aprovechar la efusión grande de Gracias de la Santa Trinidad! Algunos por miedo y

cobardía, la han guardado celosamente como aquél que solo recibió un talento y lo escondió en tierra.

¡Llora, Pueblo Mío, tu pecado, tu idolatría y tu enfermedad!

¡Gime por la Causa Santa de Miguel Arcángel! 

Sí, Mi pequeño, así escríbelo, ahora eres un loco (o demente), para muchos un soñador, un fanático ilusionado, eres estopa consumida por el Fuego del Amor de Mi Corazón. Eres cera que se ha consumido, así escríbelo y los que crean, ¡Levántense!, pues llega la hora en que el Águila Levanta el Vuelo, la hora en que el León busca su presa; sí, la hora en que el Ave no encuentra nido ni la Zorra, madriguera.

¡Levántate, Pueblo Mío!, vístete de ceniza, de saco y de silicio, pues llegó Mi Hora, Hora de Santidad y de Justicia. ¡Iglesia que vives, pero estás herida, enferma!

¡Tu enfermedad no es incurable, Iglesia Mía! Yo, Jesús, puedo restablecer en Tí, los Signos Vitales, si tu quieres...

¡Clama, Hijo Mío, Mi Pequeño Instrumento...! Sube a las montañas, que tus ojos se dirijan al valle, una y mil espadas están prestas y mil jinetes para la batalla.

¡Llama Miguel a los Escuderos del Reino!

Yo, Jesús, he hablado y volveré a hablar, tendré Misericordia con los Justos y los que son fieles a Mi Alianza, sellada con Mi Sangre. Los Jefes de las Naciones (Presidentes y Reyes), no son sus dueños; ahora que, sí son Mías las naciones y contenderé con ellos.

Tiemblen los que me aborrecen, pues llegó el día de la Justicia. Voy a resucitar a los muertos y a manifestarme en visiones. Voy a restablecer la soberanía de Mi Pueblo, Israel. Del Norte y del Sur, del Este y del Oeste, convocaré a los Míos para la batalla. Los descendientes de los descendientes de las Doce Tribus, vendrán a Mi Monte Santo, convocados por Mí. La Cruz Luminosa en el cielo, servirá como señal, así como la estrella resplandeciente de Belém, sobre el Pesebre.

¡Sacúdete, Iglesia Mía!, ¡Sacúdete el polvo de tus pies, en señal de protesta por los que se han rebelado y no han cumplido Mis órdenes. Nada tema el justo, gócese en su lecho el alma víctima, viva para siempre el que es justo. Gratitud, Hijos Míos, no deseo otras cosas más.

¡Gratitud y Rectitud!

Convocaré ahora a Mis Ángeles, los reuniré como Ejército en Batalla. Oren Hijos Míos, tomen tiempo para orar, dediquen tiempo a la reflexión de Mis Mensajes.

A tí, Pequeño Mío, te urjo que entregues sin demora este Primer Mensaje a tu Director Espiritual. Y él a su vez, sin demora a tu Obispo.

¡Ellos sabrán lo que tendrán que hacer!

Pon en Mi Presencia estos escritos para bendecirlos. ¡Ve con Mi Paz, Yo, Jesús!  Ixtus    

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